La pandemia del Covid-19, sacudió los cimientos de nuestras vidas, afecto gravemente la producción, las cadenas de suministro y a las familias con menos ingresos, capacidades y redes de apoyo. En el caso de Vallegrande, con la colaboración de Zabalketa y el Instituto de Capacitación del Oriente (ICO), se puso en marcha una estrategia orientada a la producción, consumo y comercialización de productos orgánicos. Esta iniciativa ha fortalecido la seguridad alimentaria local y ha sentado las bases para un desarrollo sostenible a largo plazo.
- Huertos orgánicos
La creación de 105 huertos orgánicos, con sistemas de riego eficientes, reutilización del agua y el uso de fertilizantes orgánicos, así como la población capacitada en técnicas de producción sostenible, abastecen el autoconsumo de más de 1000 personas y genera producto para la venta local donde indirectamente otras 1000 personas se ven beneficiadas.
Algunas de las huertas creadas en viviendas, cuentan con sistemas de captura de agua para afrontar las épocas de sequía. En el caso de los huertos situados en espacios públicos, son liderados en un 80% por mujeres
- Educación y empoderamiento
La educación es el cimiento sobre el cual se construye el futuro de Vallegrande, por eso, a través de invernaderos, capacitaciones y programas educativos innovadores, se ha sembrado la semilla de conocimiento y la autosuficiencia en las escuelas y albergues del valle. De esta manera, responden a una formación complementaria en agricultura y cubren el 100% de su demanda de hortalizas y verduras.
- Hacia un futuro sostenible
Vallegrande es un testimonio vivo de los frutos que puede dar el compromiso colectivo con la sostenibilidad, tanto por el fomento de las políticas que promueven la alimentación saludable en los colegios y la preferencia por la adquisición de productos locales de calidad, como por la preparación de la población en diferentes habilidades. Esto, tiene como consecuencia una población cada vez más comprometida con la salud integral y de los ecosistemas.
- Conclusiones y lecciones
La transición de la producción convencional a la orgánica puede ser un camino lleno de obstáculos, especialmente en suelos agotados y afectados por plagas persistentes. La agricultura a pequeña escala ofrece una gama de beneficios, desde la diversificación de cultivos hasta la rotación de parcelas.
Las huertas familiares y comunitarias se han revelado como herramientas vitales durante crisis como la pandemia. No solo garantizan la seguridad alimentaria a través del autoconsumo, sino que también pueden generar ingresos adicionales. En lugares donde el agua es escasa, la captura de agua de lluvia puede ser una solución efectiva para prolongar la producción agrícola.